La banda criminal ‘Los Pulpos’ vuelve a poner precio a la vida del coronel Víctor Revoredo, quien ha enfrentado la amenaza en seis ocasiones. A pesar de la violencia, el oficial mantiene su compromiso en la lucha contra la criminalidad en Trujillo.
La amenaza de muerte contra el coronel de la Policía Nacional del Perú, Víctor Revoredo, ha cobrado fuerza nuevamente. Esta vez con un precio de S/ 100 mil ofrecido por la organización criminal ‘Los Pulpos’. Esta es la sexta ocasión en que esta peligrosa banda intenta acabar con la vida del alto mando policial. La situación ha despertado la preocupación de las autoridades, quienes ven en esta acción un reflejo de la creciente violencia en la región de La Libertad.
Amenazas son ciertas
Los Pulpos, conocidos por su involucramiento en el sicariato, extorsión y trata de personas, son liderados por Johnson Cruz Torres, uno de los delincuentes más buscados en el país. La reciente captura de un miembro de la banda, Jean Piero García Cipriano, alias ‘Cortadedos’, reveló la magnitud de la amenaza que enfrenta Revoredo. Según informes de inteligencia, Cruz Torres está movilizando a jóvenes para llevar a cabo este mortal plan.
Revoredo, que actualmente se desempeña como jefe contra la criminalidad en Trujillo, ha hecho público su compromiso de no ceder ante las amenazas. “Estas amenazas son una motivación para el espíritu del cuerpo policial”, afirmó el coronel en una entrevista con América Noticias. A pesar del constante peligro, él y su equipo continúan trabajando en desarticular a Los Pulpos, conscientes del riesgo que corren.
Origen de Los Pulpos
La organización criminal, que tiene sus raíces en Trujillo desde finales de los años 90, fue fundada por los hermanos Cruz Arce. Desde sus inicios, Los Pulpos han estado involucrados en delitos de gran envergadura, como secuestros y robos, ganando notoriedad en el mundo del crimen organizado. Su impacto negativo en la sociedad ha llevado a los empresarios y comerciantes a vivir con miedo, siendo sus principales objetivos.
A lo largo de los años, Los Pulpos han logrado expandir sus actividades delictivas más allá de Trujillo, afectando a otras regiones del Perú y, en algunos casos, a países vecinos. Las fuerzas del orden han intentado desarticular esta organización con éxito limitado, a pesar de las numerosas capturas de sus integrantes. La resiliencia de la banda y su capacidad de adaptación representan un reto constante para la Policía Nacional.
Avance lento
Con la captura de figuras clave como ‘Negracho’ y ‘Paloma’, las autoridades se sienten optimistas sobre la posibilidad de desmantelar la organización. Sin embargo, el líder Johnson Cruz Torres sigue siendo un blanco prioritario. Revoredo y su equipo están decididos a seguir la lucha, reconociendo que cada avance trae consigo nuevas amenazas. La perseverancia del coronel se convierte en un símbolo de resistencia frente a la criminalidad.
El desafío es monumental y el riesgo es palpable, pero la firmeza del coronel Revoredo en su misión contra Los Pulpos resuena como un llamado a la unidad y la determinación. A medida que la situación evoluciona, la sociedad peruana observa con atención el desenlace de esta lucha por la seguridad y la justicia, esperando que la ley prevalezca frente al crimen organizado.
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