Las obstetras del hospital Goyeneche protestan contra la reducción de la sala de partos, que afectaría la atención a gestantes. Denuncian que el proyecto de ampliación de quirófanos no es necesario y pone en riesgo la seguridad de las pacientes.
Las obstetras del hospital Goyeneche mantienen su medida de lucha en rechazo a la reducción de la sala de partos. Denuncian que el proyecto de ampliación de las salas de operaciones afectará la atención a gestantes, reduciendo un área vital de 180 m² a solo 45 m².
La secretaria del Sindicato de Obstetras, Lizbeth Nieto, señaló que la sala de partos es crucial para la atención adecuada de partos y cesáreas. El hospital Goyeneche registra entre 150 y 180 partos normales al mes. Sin embargo, las autoridades hospitalarias planean destinar el espacio a la creación de dos nuevos centros quirúrgicos, lo que, según las obstetras, no es necesario, ya que las salas actuales no están completamente utilizadas.
El reclamo de las obstetras se basa en que la reducción del espacio perjudicará la atención simultánea de partos, situación que ya ha ocurrido en emergencias. Lizbeth Nieto mencionó que, en casos recientes, dos gestantes en trabajo de parto requirieron atención al mismo tiempo. Ello sería imposible en un área más pequeña.
Las trabajadoras insisten en que cualquier mejora en la infraestructura debe considerar las necesidades reales del hospital y no beneficiar a ciertos sectores médicos. Además, critican la falta de transparencia y coordinación por parte de las autoridades, quienes presentaron el proyecto sin consulta previa a las obstetras y con cambios no contemplados en los planes iniciales.
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Reunión sin resultados
El sábado pasado se realizó una reunión entre las obstetras y el gerente regional de Salud, Rafael Gallegos, pero no se llegó a un acuerdo. Las obstetras se oponen firmemente a la reducción del área y esperan que las autoridades reconsideren su decisión antes de la próxima reunión, programada para el martes.
Mientras tanto, las obstetras se mantienen en pie de lucha y advierten que no cederán hasta que se respete el espacio actual de la sala de partos. Consideran que cualquier cambio que afecte la calidad de la atención a las gestantes es inaceptable y no dudarán en continuar con sus protestas.