El presidente ruso, Vladimir Putin, ha advertido que si los países de la OTAN permiten a Ucrania usar misiles de largo alcance contra territorio ruso, se considerará una participación directa en el conflicto. Según Putin, esto podría desencadenar una guerra abierta entre Rusia y Occidente.
En un reciente discurso, Putin envió un mensaje contundente a Occidente, advirtiendo que, si Ucrania recibe misiles de largo alcance para atacar suelo ruso, Rusia lo interpretará como una intervención directa de la OTAN. Para el líder del Kremlin, esta acción modificaría radicalmente la naturaleza de la guerra.
Putin destacó que los ataques ucranianos con misiles de largo alcance no serían posibles sin el respaldo técnico de países miembros de la OTAN, como los datos satelitales y el control de los sistemas de lanzamiento. Según el mandatario ruso, esto implicaría una participación activa de Occidente en el conflicto.
El representante de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, reafirmó la postura de su país, advirtiendo que el levantamiento de las restricciones a los misiles de largo alcance sería percibido como una declaración de guerra por parte de la OTAN. Moscú ya ha señalado previamente otras «líneas rojas».
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A pesar de las advertencias anteriores, Occidente ha ignorado varias de ellas y ha seguido suministrando armamento avanzado a Ucrania, como tanques y aviones de combate. Este año, Rusia acusó a Ucrania de emplear misiles ATACMS de largo alcance, proporcionados por EE. UU., para atacar Crimea, lo que ha elevado aún más las tensiones.
Aunque Putin no especificó una respuesta concreta, dejó entrever posibles acciones como el fortalecimiento de la defensa aérea y el suministro de armas equivalentes a los enemigos de Occidente. Además, Rusia ha insinuado la posibilidad de revisar su doctrina nuclear, lo que añade una nueva dimensión al conflicto.
El futuro de la guerra en Ucrania depende ahora de las decisiones que tomen los líderes occidentales. Si permiten a Ucrania utilizar misiles de largo alcance, el riesgo de una escalada será enorme, pero la necesidad de defenderse sigue siendo crucial para el gobierno ucraniano.
