SANO JUICIO: UCSM 63 años

Escribe Federico Rosado*

La Universidad Católica de Santa María (UCSM) cumple 63 años de creación se sostiene en sus egresados, estudiantes, profesores, trabajadores y autoridades.

Su historia es de originalidad religiosa. Un grupo de madres de familia que acude al arzobispo Rodríguez Ballón para solicitar la creación de una universidad no contaminada de política. “Nuestros hijos no pueden estudiar en una universidad comunista”. Explicable dado que la universidad nacional arequipeña era dirigida por intelectuales vinculados a esa tendencia ideológica y por el conservadurismo religioso de la sociedad mistiana.

La coincidencia del arribo a la ciudad del sacerdote estadounidense Morris en 1959, la sincronía con el pedido y, además, el hecho que ya había tenido la iniciativa de fundar una casa superior de estudios en Lima, que le fue denegada.

Por eso, la relativa facilidad de la elaboración del expediente que luego el presidente Manuel Prado convirtiera en el decreto supremo 24 del 6 de diciembre de 1961, con el se autoriza el funcionamiento de la “Universidad de Santa María”.

¿No fue entonces denominada “Católica”? Pues no, el profesor Nicolás Paredes (+), en una publicación inédita, demuestra que la incorporación de dicho término data con exactitud el 14 de diciembre de 1961 cuando el diario El Deber publica “UNIVERSIDAD CATÓLICA Habrá para 1962, Primeras Facultades Serán: Pedagogía y Letras”. Posteriormente el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas emite el decreto ley 17437 del 18 de febrero de 1969 en el que se registra en el artículo 167 «Universidad Particular Católica Santa María».

Si bien desde su inicio no se señaló quién era su propietario, llega 1973 en que el padre Morris entrega la universidad a un grupo de docentes. La legislación que siguió convirtió a la UCSM en una propiedad casi social, en el que los dueños eran indistinguibles. Aciertos y errores, vaivenes, marchas, contramarchas.

Oficio de testigo cuarenta de esos 63 años: como estudiante, profesor. El balance intenta ser autocrítico, pero no deja de ser positivo. Empieza con la estabilidad política que demuestra democracia, con grupos organizados de docentes y estudiantes cuya armonía está cargada de legítimas ambiciones y contradicciones. Qué mejor prueba de su existencia que lidiar con el mercado, con la oferta y la demanda, incluso con competencia desleal o con lo peor que pueden comportar las instituciones: enemigos internos.

Aquí estamos, con trabajo y estudio, en la apuesta cotidiana de puertas abiertas y cerradas, la identidad en las coordenadas de la libertad e inteligencia, la lealtad en la cima de los compromisos, la intelectualidad como medio y fin, la sociedad receptora de aportes y consciencia ética. Por eso, está aquí: la Universidad Católica de Santa María.

* El autor de la columna es profesor y desempeña el cargo de jefe del departamento académico de estudios generales de la UCSM.