GRAFITI POLÍTICO: Mi voto al mejor postor

Por: Augusto Santillana / Abogado y analista político

Muchas veces escucho por los noticieros de los medios de comunicación local, ante la inoperancia de las autoridades locales y regionales, ante conductas impropias con el cargo y hasta descubrimientos por malos manejos o visibles actos de corrupción y autoritarismo, que no sabemos elegir a nuestras autoridades, que debemos elegir bien y saber a quienes le damos nuestra confianza. Algún candidato ya lo dijo, “….el elector vende su voto”, es una transacción económica, sea por un taper, un pollo o un fósforo, o un puesto de trabajo; quién da más, quién me impresiona más. Y a ese candidato que sea más rollizo con su billetera y se desencante en regalos y souvenirs a favor de sus electores, de seguro es el más probable de gozar de esa liberalidad de darle el voto. No nos importa su hoja de vida. No nos interesa si tiene denuncias de corrupción…no nos altera si fue denunciado por maltrato familiar o tiene vicios expresivos en plena vía pública. Y los resultados los vemos cuando ya de autoridad, esa persona a la que elegimos, está lejos siquiera de satisfacer alguna expectativa de buen gobierno o desarrollo. Lo primero que nos dan a conocer nuestras autoridades son sus malas artes para gobernar y confrontada afrenta con los valores y principios de una gestión honesta y eficaz.

Y si, es cierto. Con tal de acceder a los cargos de poder político, la mayoría de candidatos son capaces de rifar hasta su madre. Y, es aquél con más plata como cancha que de seguro logrará alzarse con el triunfo. Por lo tanto, quienes son responsables de elegir a esas autoridades? Es el electorado que no sabe o a sabiendas que es peor, de la responsabilidad que tenemos cada cuatro o cada cinco años de manifestar nuestra voluntad electoral y elegir de manera objetiva a las mejores personas o ciudadanos que del cartel de candidatos son como lunares pero que si logramos ubicarlos y respaldar con nuestro voto su destacada hoja de vida. De seguro tendremos mejores cuadros al frente de las entidades públicas.

En nuestro actual radar político, vemos como el Congreso de la República, conformado la mayoría por gavillas de bandidos y pillos con varias denuncias penales encima de sus escaños, ensayan fórmulas legales para proponer proyectos de ley con nombre propio para lograr impunidad a sus delitos. Fungieron de izquierdistas, de socialistas, de defender ideologías y doctrinas pero, al final se juntan como perros y gatos con los del frente para aprobar normas que les beneficien. Vemos a los “hermanos Cerrón” pidiendo el archivo de sus procesos penales como los “Dinámicos del Centro” al amparo de leyes por el que los delitos que cometieron ya no encuadran en el tipo penal y se cae todo el juicio. Vemos la “Ley Soto”, con una prescripción express, o vemos las leyes que dicen que antes del 2002 no hay ilícitos que configuran como delitos de lesa humanidad. O ahora, último, como no lograron el control del MP, la despedazan en sus funciones y la atribución constitucional de investigar desde el inicio el delito se lo entregan en bandeja de plata a una institución tan desprestigiada y la más corrupta entre sus miembros. Pero que la cúpula que gobierna puede controlar y digitar pues el Ministerio del Interior, depende del gobierno y el gobierno del Congreso.

Así estamos, por eso, más seriedad y más responsabilidad al momento de elegir de los candidatos a nuestras futuras autoridades y no caigamos en esa frialdad o ignorancia de vender nuestro preciado voto sino, ejercer nuestro legítimo derecho y deber ciudadano para que nos gobiernen bien.