La familia habría dejado encendido el horno de gas la noche anterior para preparar pollo al horno. Tras quedarse dormidos la comida se quemó generando gran cantidad de humo tóxico con lo cual ambas personas fallecieron.

Reynaldo Dueñas Mejía y su hija Ángela de 12 años fallecieron intoxicados al interior de su vivienda ubicada en la segunda cuadra de la calle Atahualpa en el distrito de Tiabaya.

Según información preliminar, ambas personas junto a la madre de la menor Jhakeline Velarde Reynoso habrían dejado encendido el horno de gas la noche anterior para preparar pollo al horno. Tras quedarse dormidos la comida se quemó generando gran cantidad de humo tóxico con lo cual ambas personas fallecieron.

La abuela de la menor ingresó a la habitación y vio a la pareja de esposos y a la adolescente tirados en la cama y en el suelo. Ella pidió apoyo a sus otros nietos, quienes lograron visualizar que la madre aún se encontraba con vida. Luego la trasladaron al Hospital Regional Honorio Delgado Espinoza.

La familia pidió apoyo a la Policía Nacional quienes solo certificaron la muerte de la menor de 12 años junto a su padre. La madre presenta un cuadro de intoxicación severa por lo que su estado es de pronóstico reservado.

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Tras realizar las diligencias, el Ministerio Público ordenó el levantamiento del cadáver de ambas personas. Según el resultado del examen del médico legista, padre e hija fallecieron por intoxicación. Inhalaron de gases tóxicos generados por la comida quemada que se olvidaron en el horno de gas de la vivienda.

La familia pidió apoyo para el entierro de ambas personas debido a los que no cuentan con los recursos para sepultar a las víctimas de esta tragedia registrada en el distrito de Tiabaya, por lo que han pedido apoyo a la municipalidad del distrito para la exoneración de los nichos en el cementerio del distrito.

Reynaldo Dueñas trabajaba en el centro de salud del Pedregal. Sus amigos amigos lo recuerdan como una persona trabajadora y alegre dedicada a su familia. En tanto, la menor de 12 años tenía el cariño de los estudiantes y profesores de su colegio ubicado en el mismo distrito. Sus familiares la consideraban como una niña ejemplar.