Corso de la Amistad 2024: entre la desorganización y el hastío

El Corso de la Amistad 2024, celebrado el 15 de agosto en Arequipa, culminó con una mezcla de emociones: desde la vibrante celebración de la cultura local hasta las críticas por la desorganización y la prolongación del evento hasta la madrugada. La jornada, que se extendió por más de 15 horas, finalizó con el canto del himno de Arequipa aproximadamente a las 00:30 horas del día siguiente, dejando tanto momentos memorables como lecciones para mejorar.

El Corso de la Amistad 2024, parte esencial de las celebraciones por el 484 aniversario de Arequipa, comenzó minutos pasadas las 9:00 a.m. del 15 de agosto, con la Av. Progreso como punto de partida. Desde el inicio, el evento prometía ser una manifestación vibrante de la identidad y el orgullo arequipeño, con 94 delegaciones listas para mostrar lo mejor de la cultura, tradición y creatividad local.

Entre los momentos más aplaudidos, destacó la participación de las municipalidades de Tiabaya, Sachaca y Alto Selva Alegre. La delegación de Sachaca fue ovacionada por sus estampas tradicionales, incluyendo los famosos mojigangos y escenas del carnaval, mientras que Alto Selva Alegre cautivó al público con una representación del montonero arequipeño, que comenzó con una ambientación de guerra y terminó con un dinámico baile. En el caso de Tiabaya su carro alegórico fue uno de los que más llamó la atención al tener al Cristo Nazareno y las costumbres del distrito como la principal atración.

Un momento que brilló con especial intensidad durante el Corso de la Amistad 2024 fue la participación de las delegaciones internacionales que forman parte del Festidanza. Los grupos provenientes de China, Chile, Canadá, Polonia, Bolivia, Ecuador y Colombia cautivaron al público con sus actuaciones llenas de colorido, ritmo y precisión. Estas delegaciones no solo mostraron la diversidad cultural de sus países de origen, sino que también lograron conectar con los espectadores arequipeños, quienes respondieron con calurosos aplausos y ovaciones. Desde las danzas tradicionales chinas hasta los vibrantes ritmos andinos de Bolivia y Ecuador, cada presentación fue una ventana al mundo, reflejando la rica herencia cultural que estas naciones trajeron al festival, dejando una huella imborrable en esta edición del corso.

Fue una fiesta, una de las más largas de la historia reciente. Foto: Leonardo Cuito/@photo.gec.

Organización deficiente

A pesar de estos logros, el corso estuvo lejos de ser perfecto. Conforme avanzaba el día, comenzaron a surgir problemas que empañaron la experiencia para muchos asistentes. La desorganización se hizo evidente cuando, a partir del segundo agrupamiento, las delegaciones empezaron a cambiar el orden preestablecido.

A pesar de estos logros, el corso estuvo lejos de ser perfecto. Conforme avanzaba el día, comenzaron a surgir problemas que empañaron la experiencia para muchos asistentes. La desorganización se hizo evidente cuando, en el segundo agrupamiento, las delegaciones empezaron a mezclarse, rompiendo el orden preestablecido. Algunas instituciones educativas locales hicieron que delegaciones de caporales y morenadas se filtraran en el desfile sin seguir las reglas preestablecidas.

La masiva cantidad de estos bailarines creó confusión tanto para los organizadores como para el público. Ello contribuyó significativamente a que el corso se prolongara más de lo previsto. A pesar de que los caporales recibieron ovaciones por su impresionante despliegue, su participación exacerbó el caos. Especialmente al coincidir con el tercer agrupamiento en el que la desorganización del evento era evidente.

Además, la caída de dos caballos de la delegación de la Municipalidad Provincial de Chumbivilcas, debido al enredo con sogas, retrasó el desfile en al menos 20 minutos. Aunque los caballos fueron atendidos, el incidente dejó en evidencia las dificultades para manejar situaciones imprevistas en un evento de tal magnitud. También puso en evidencia el estrés y maltrato que los animales pueden sufrir en eventos tan prolongados y ruidosos en un recorrido de 3.5 kilómetros. Aunque ambos caballos fueron asistidos, el incidente subraya la necesidad de considerar con mayor seriedad las condiciones en las que se involucra a los animales en este tipo de actividades festivas.

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La jornada continuó hasta altas horas de la noche, y a medida que el reloj avanzaba, la paciencia del público comenzó a agotarse. A las 00:30 horas del día siguiente, el corso finalmente llegó a su fin, habiendo durado más de 15 horas. Aunque el evento cerró con el emotivo canto del himno de Arequipa, un símbolo de unidad y orgullo regional, la prolongación del desfile generó críticas. Muchos asistentes y participantes señalaron la falta de una mejor planificación que hubiera permitido terminar el evento en un horario más razonable.

El alcalde Víctor Hugo Rivera desfiló con la delegación de la Municipalidad Provincial de Arequipa pero recibió abucheos por parte de la población local. Foto: Leonardo Cuito/@photo.gec.

Valle de Tambo

Los incidentes también incluyeron la intervención policial en el Estrado Oficial contra una persona que portaba una bandera no autorizada de color verde de Agro Sí, Mina No. Antes de ello, un grupo de manifestantes del Valle de Tambo ingresó sin autorización al Corso. Desfilaron en la avenida Independencia portando sus tradicionales banderas verdes. La policía impidió su ingreso a la zona Oficial, pero dos de ellos lograron infiltrarse y pasaron con sus banderas de forma tímida. El público reaacionó apático a esta manifestación a lo largo del desfile.

El comportamiento del alcalde

El alcalde también tuvo un incidente con dos ciudadanos durante su paso por el Corso de la Amistad. Les arrojó caramelos con la fuerza de la ira que le generó recibir críticas e insultos por parte de los mismos. En un medio de comunicación local el alcalde pidió disculpas «si es que se interpretó» como una agresión.

Por otro lado, el comportamiento del alcalde Víctor Hugo Rivera durante el Corso de la Amistad 2024 fue objeto de críticas por su aparente desinterés en momentos clave del evento. Un incidente destacado ocurrió cuando un niño, beneficiario de los albergues de la Beneficencia Pública de Arequipa, tomó la palabra en el estrado oficial para expresar su saludo a la ciudad, pero el alcalde lo ignoró completamente, concentrado en otras actividades. Este gesto se percicbió como una falta de consideración hacia los jóvenes participantes, lo que generó incomodidad entre los presentes y dejó una impresión negativa.

Rivera Chávez aseguró que se evaluará medidas para evitar que el próximo año el Corso se extienda más de lo debido. «Evaluaremos poner límites a las delegaciones, o cambiaremos el recorrido, todo ello lo veremos más adelanta», concluyó.