Escribe Federico Rosado
La noción de Arequipa tiene hasta cuatro niveles. Nos referimos a ella como el departamento o región, también a la provincia, luego al distrito (mal denominado “cercado”, que no existe como nombre) y de la misma forma a la ciudad.
¿Qué se celebra el 15 de agosto?
No es ni el aniversario del departamento o región, provincia ni distrito de Arequipa, es el de la fundación española de la ciudad.
Esto, además, nos remite a otra idea: lo arequipeño. ¿Qué es ser arequipeño? Pongamos algunos casos. ¿Un camanejo se siento arequipeño? ¿Un chuquibambino? ¿Un cotahuasino?
No.
Lo arequipeño es una construcción cultural cuyos antecedentes falsamente se remiten a antes de la llegada de los españoles.
No existe el departamento o la región de Arequipa.
Se afirma que la riqueza de la nación radica en la multiculturalidad, en la presencia de varias culturas, sin embargo desconocemos la cantidad de las mismas y menos sus particularidades.
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Ser arequipeño no es un a cuestión de nacimiento, porque nadie nace. La cultura y la identidad son cimentaciones que se inician en la familia y eso depende de lo que somos. Ello se aplica a lo ser peruano.
“Un arequipeño nace donde le da la gana”, es una frase de Doris Gibson que se repite con ese falso orgullo y que bien obedece a la voluntad identitaria cuya decisión encuentra diferentes factores de pertenencia.
Reincido, por eso, en la interrogante ¿Qué se celebra el 15 de agosto?
La ciudad de Arequipa fue fundada el 15 de agosto de 1540 por los españoles. Nunca hubo una creación incaica, ello fue descartado por las serias investigaciones de Málaga, los incas no tenían la tradición de fundar ciudades y nunca llegaron a este valle del Chili. Lo de Mayta Cápac se trata de una encantadora leyenda cuya venialidad positiva es posible de repetir, porque además hay tradiciones que conforman la historia de los pueblos.
La ciudad de Arequipa es la más importante del sur del Perú, la que tiene los mejores servicios de salud, educativos, comerciales, su liderazgo es innegable y le quedan dos miradas: una hacia las siete provincias y otra hacia los departamentos sureño; es necesario que genere un encadenamiento con los dos. Debe fortalecer es espacio regional y también el que involucra un mayor territorio.
Con los riesgos etnocentristas que puede acarrear es indispensable que resurja el “León del Sur”.