Escribe: Carmen Rivera, Docente Universitaria

“De pronto, el piso de la combi​​/es un piélago cargado de quimeras/que devoran lentamente el paisaje interior/ y la vida se torna en fragmentos/de voces, de empastes, de lentes, de soles​​/bemoles que flotan inertes” (Saavedra, 2020).

La conocí en Arequipa, con esa sencillez que no permitía ver el viento huracanado de sus poesías, su voz me decía yo trabajo en Lima, ¡ay Olga! Si hubiera visto dentro de esos ojos llenos de noche la inspiración de sus creaciones, hubiera conversado contigo horas de horas “Es cierto, está vacía la pared donde asienta sus pupilas, ​​ pero en ellas se reflejan lagos, colinas, praderas​​” (Saavedra, 2020).

En detalle, minuciosa desenreda cada palabra engrana su inspiración poética, las imágenes se unen en una cadencia el yo lírico se posiciona, actúa e inunda ese mundo creado de objetos simbólicos que se materializan en un verso que se reconoce atemporal e inusual, escapa de la vida y se aloja en la inmortalidad de sí mismo “Súbitamente, un viento leve acerca una azucena y susurra un haiku Does it feel any better now?” (Saavedra, 2020).

El yo lírico inquisidor, pequeño, se engrandece, permanece sin rodeos, no hay realidad, crea la suya, se reconforta en la existencia, es el mundo que percibe los sentidos, los materializa y se muestra en natura “Entrecerrados los ojos, / el prado es más verde/ y el viento sopla/ a un ritmo de jazmín y rosas” (Saavedra, 2024).  Atrás deja ataduras, decanta en una alegoría de una “música continua” en la búsqueda de hacerlo real “Brazos deslizándose/ más allá del ritmo, / pasos cortos/ y ondulantes/ girando hacia el origen” (Saavedra, 2024). 

Olga Saavedra es Master of Arts y PhD con mención en Español en University of Colorado at Boulder, crea, enseña y profundiza Literatura, la independencia poética femenina, un transfondo narrativo de la mujer, que configura cada interrogante, sin pedir respuesta “¿En qué textura o color debo vestir mis sueños en este otoño – invierno inacabable? / ¿Encontraré la lana apropiada para tejer los guantes que desvistan mis manos?” (Saavedra, s.f). 

Metáforas, antítesis y epítetos son figuras de fuerza estentórea que representan la configuración de los versos tejidos de palabras autónomas y vibrantes, una metamorfosis de evocaciones: antes el vacío, después la inspiración “Entonces,/ recuerdo que es posible/ inclinarse hacia la nada/ sin sentir el rumor/ de una flor agazapada en las piedras,/ solo su aroma”. Olga Saavedra.

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