Ángela Delgado, directora del Hay Festival Arequipa, es una de las figuras clave en la gestión cultural del sur del Perú. En conversación con Revelación.pe, comparte una visión profunda y apasionada sobre el festival, un evento que este año está marcado por el homenaje póstumo a su principal mentor, Mario Vargas Llosa. La entrevista explora no solo cómo se honrará el legado del Nobel, sino también cómo su espíritu democrático inspira la misión central del Hay: derribar barreras y llevar la cultura a todos los rincones de la comunidad. Delgado aborda con franqueza los desafíos de la gestión cultural en el país, la necesidad de profesionalizar el sector y la visión de posicionar a Arequipa como una capital cultural de referencia en Sudamérica por encima de ciudades de México, Argentina, Colombia o Chile.

El Legado de Mario Vargas Llosa y el Espíritu del Festival

Este año, el homenaje a Mario Vargas Llosa tiene un carácter póstumo. ¿Qué diferencia a este tributo de los reconocimientos que se le han hecho en ediciones anteriores?

Todos sabemos que Mario Vargas Llosa fue el principal mentor del Hay Festival; gracias a él se realiza en Arequipa, la ciudad donde nació. Aunque en cada edición hemos buscado reconocer a quienes contribuyen al festival, esta se diferencia porque, lamentablemente, él ha partido. Creemos que el festival es la plataforma adecuada, el escenario vivo para que su memoria trascienda. Es muy significativo para nosotros poder rendirle este homenaje celebrando su legado no solo como escritor, literato, político y hombre de bien. Para nosotros, es muy especial hacerlo en presencia de su familia, con su esposa Patricia y su hija Morgana Vargas Llosa, quien además está montando una linda muestra fotográfica que se exhibirá en la Casa Tristán del Pozo, abierta a todo el público.

Mario Vargas Llosa murió el 13 de abril de 2025 en Lima, Perú, a los 89 años.
¿De qué manera planean continuar este homenaje a Vargas Llosa en las futuras ediciones del festival?

Nuestro principal homenaje a Mario Vargas Llosa será fortalecer el «Hay Festival Comunitario» (HFC). Lo haremos en su memoria. Queremos que este esfuerzo, que realizamos con mucho gusto para ofrecer actividades gratuitas a la comunidad, sea nuestro testimonio de reconocimiento a su figura. El objetivo es que, a través de este programa, podamos generar un mayor interés por la lectura y el pensamiento en beneficio de la comunidad.

Este compromiso de honrar su memoria se conecta directamente con la misión más amplia del festival: democratizar la cultura y hacerla accesible para todos a través de una programación comunitaria cada vez más robusta.

¿ Cómo se vincula el Hay Festival Comunitario con las ideas y el carácter de Mario Vargas Llosa?

 El objetivo es generar mayor interés en la lectura, motivar a niños, jóvenes, adultos y ancianos a involucrarse en el pensamiento, a ser curiosos con los temas vigentes y a inspirarse en las palabras. Este año estamos expandiendo las actividades a nuevos públicos, como el Colegio de Alto Rendimiento (COAR), el penal de Socabaya para hombres y mujeres, y por primera vez, daremos un paso con la Fundación Teletón y los ancianos del Asilo Lira. Buscamos unir generaciones, que el niño converse con el abuelo y se establezca un contacto que nos permita mirarnos mejor como sociedad. Esto se conecta directamente con el espíritu de Vargas Llosa, un demócrata convencido. Él decía que aprender a leer fue para él una epifanía maravillosa, y creemos que esa misma magia sucede en la gente. Queremos que los niños descubran en la palabra esa herramienta para conectarse no solo con el mundo exterior, sino también con su mundo interior: para conocerse mejor, saber explicar sus ideas y sustentar sus argumentos.

El Hay Festival Comunitario busca acercar la lectura y el pensamiento crítico a nuevos públicos, en homenaje al legado de Mario Vargas Llosa.

«Falta profesionalizar la gestión cultural»

Delgado es directa cuando se trata de evaluar la situación del sector cultural en el Perú. Criticó la falta de personal capacitado en las entidades, especialmente las estatales, para comprender la cultura como una inversión estratégica a largo plazo y no como un gasto superfluo. Por otro lado, también subrayó la responsabilidad del sector cultural de presentar proyectos profesionales, con proyecciones y datos cuantificables. Su argumento principal es la urgente necesidad de profesionalizar ambos extremos de la ecuación: tanto quienes proponen los proyectos como quienes los evalúan, para así superar los obstáculos que impiden que la cultura despliegue todo su potencial como motor de desarrollo social, sobre todo en Arequipa.

¿Cuáles son los principales retos que enfrenta la organización del Hay Festival en Arequipa año tras año?

Creo que falta profesionalizar la gestión cultural, desde el emisor hasta el receptor de los proyectos. Nosotros presentamos proyectos fundamentados y detallados, pero es crucial que las dependencias estatales también cuenten con personal que sepa leerlos, que pueda calcular la inversión y el rédito que esta genera. La cultura reditúa de una manera excepcional, pero es una inversión a largo plazo. Lo que pretendemos es invertir en cultura, lo que significa invertir en el cerebro de las personas, en su capacidad de discernir, pensar y crear. Queremos formar una ciudadanía con pensamiento libre, capaz de sostener su verdad y respetar la de los demás. El principal reto es que se entienda la magnitud de esta inversión y se compruebe el impacto que tiene el festival.

Mencionaste que a veces las entidades «no saben leer proyectos culturales». ¿Qué significa eso en la práctica?

Los elementos básicos de la gestión cultural te enseñan a presentar un proyecto con una debida proyección y cálculo de los resultados a corto, mediano y largo plazo. Cuando vas a vender algo, tienes que cuantificar tu tiempo, la materia prima y los recursos que necesitas. Todo debe estar presupuestado. Esto incluye también a quién contratas para ejecutar el trabajo. No cualquiera puede hacer comunicaciones, estar detrás de una cámara o ser un buen interlocutor. A veces cometemos el tremendo error de querer ahorrar en lo principal. Es como la diferencia entre viajar en una combi o en un auto cómodo y seguro. Hay que aspirar a la excelencia, y eso tiene un costo que debe ser comprendido.

¿Resulta difícil medir y comunicar el impacto real del festival a las entidades que toman las decisiones de financiamiento?

Creo que la gente que tiene el poder de decisión todavía no dimensiona el impacto mediático del festival. ¿Cuánto tendría que pagar Arequipa para tener ese retorno mediático? Nos encantaría tener los elementos para estudiar cuánto reditúa el turismo cultural en el Perú, y el festival es una oportunidad abierta para hacerlo. Sin embargo, a veces nos piden datos que reflejan una desconexión. Por ejemplo, una vez nos preguntaron: «¿Cuántos asiáticos llegan por el festival?». Esa es una pregunta incoherente, porque es un festival en español y Arequipa no es un destino principal para turistas asiáticos. Este tipo de preguntas demuestran una falta de sentido común en los parámetros de medición de algunas entidades.

Superar estos desafíos es fundamental para consolidar la visión más amplia que el festival tiene para la ciudad de Arequipa y su proyección internacional. El Hay Festival por su propia cuenta puede ser objeto de estudio. ¿Por qué no lo usan de esa forma? Creo que los resultados podrían ser reveladores.

Los estudiantes del COAR volverán a participar en esta edición del Hay Festival Comunitario.

Impacto, Potencial y Aprendizajes del Festival

Más que un evento anual, el Hay Festival se ha consolidado como una plataforma clave para el posicionamiento de Arequipa como un destino cultural. Su impacto es tanto tangible, en el turismo y la economía local, como intangible, en el fomento del diálogo y el pensamiento crítico. A lo largo de una década, Delgado y su equipo han demostrado una notable resiliencia, aprendiendo de los desafíos y creciendo continuamente.

A lo largo de estos diez años, ¿cuáles consideras que han sido los avances más importantes que ha logrado el festival?

Primero, posicionarse y fortalecerse en la ciudad de Arequipa, lo cual no es fácil para un proyecto cultural. Luego, el crecimiento del «Hay Festival Comunitario», que pasó de ser un «festivalito» orientado a las infancias a convertirse en un programa familiar amplio que llega a públicos específicos. Contribuir a posicionar a Arequipa como una ciudad cultural de referencia. Hoy, Arequipa ya suena como un epicentro cultural.  Demostrar como equipo que siempre se puede seguir aprendiendo. Mantenemos el espíritu y la apertura necesarios para decir: «seguimos aprendiendo».

¿Cómo podemos saber su impacto real?

El impacto ha sido enorme. Ya casi el 30% de la gente que asiste al festival viene de fuera; compran sus pasajes y reservan su alojamiento con motivo del evento. Por lo tanto, se ha convertido en un «festival destino» que promueve no solo la ciudad, sino la región y el país. Pensemos cuántas veces el nombre de Arequipa ha sido mencionado por premios Nobel, científicos, filósofos y artistas de peso mundial que nos han visitado. Mi sueño es que Arequipa se posicione como la «capital cultural de Sudamérica». Tenemos que dejar de ver la cultura como una «propina» y entender que es una industria poderosa.

¿Qué errores o desafíos interno significativos te generaron aprendizajes importantes para la organización?

En algunos casos, se nos han caído presupuestos planificados a última hora, cuando te dicen que lamentablemente no van a poder invertir. Eso te deja un hueco con el que hay que hacer magia. Es importante que se entienda cuánto cuesta montar un festival de esta calidad, tanto en sonido, luces e invitados como en la oferta de servicios. Traemos a gente maravillosa y tenemos que ofrecerles lo mejor. A veces cometemos el tremendo error de querer ahorrar en lo principal, y eso es algo que hemos aprendido a defender: la calidad no es negociable.

Ángela Delgado Valdivia, directora del Hay Festival Arequipa, aseguró que este años el evento consolida su vocación de democratizar la cultura y rendir homenaje al legado de Mario Vargas Llosa.

Chiquitas

Entendemos que esta pregunta te la han hecho antes en repetidas oportunidades, pero no está de más recordarlo ¿Cómo surgió la idea de traer el Hay Festival a Arequipa y cómo comenzó su involucramiento en este proyecto?

Yo siempre he hecho comunicaciones, estudié periodismo. Durante casi 15 años dirigí el área de cultura de un centro cultural en la ciudad. Un buen día, recibí la llamada de un amigo músico que estaba en Colombia y me preguntó si conocía el Hay Festival. Para mí, sonaba a algo marciano. Me dijo: «Tienes que conocerlo, creo que si hay alguien en Arequipa que puede encauzar esto, eres tú». Así que, en mis vacaciones, me fui a Colombia a ver el festival en Cartagena. Así empezó la magia. Conocí a Cristina Fuentes, la directora internacional, y a su equipo. Luego ella vino a Arequipa, contactamos con los primeros socios que apostaron por el proyecto. Empezó como uno de esos regalos caídos del cielo.

Además de la gestión del festival, ¿tienes tus propios proyectos creativos?

Sí, me gusta escribir. He escrito algunas cosas en prosa, algunos intentos en verso, cartas y reflexiones sobre experiencias vitales. Me gustaría proponer un ensayo sobre la gestión cultural en Arequipa, un tema que debe discutirse para que podamos entendernos mejor. Pero más allá de lo personal, mi visión es colectiva. Arequipa tiene todas las condiciones para ser un epicentro cultural: para tener un centro de investigación fotográfica, para potenciar su arquitectura, su acuarela. Mi sueño es que los artistas locales rompan barreras entre disciplinas, conectando la pintura con la música o la performance. El festival busca precisamente eso: conectar diversos ámbitos del conocimiento. Se trata de derribar los muros que nos hacen pensar que todo es blanco o negro, cuando en realidad está lleno de matices.

El Dato

La mayoría de las actividades dentro del HFC, como las que tienen lugar en la Plaza San Francisco (incluyendo La Carpa Librera, talleres de zapateo afroperuano y charlas de literatura fantástica), son gratuitas y de entrada libre para públicos de todas las edades. Además, el HFC se enfoca en públicos nicho con necesidades específicas, organizando eventos dirigidos exclusivamente a los reclusos y reclusas del Centro Penitenciario de Socabaya, a los estudiantes del COAR de Arequipa, y, desde este año, con los adultos mayores del Asilo Lira (Víctor Lira) y las familias de la Fundación Teletón en la Clínica San Juan de Dios.

Para las sesiones del programa general que sí tienen costo, la organización reserva un porcentaje determinado libre de costo al que pueden acceder estudiantes universitarios, personas de la tercera edad y personas con discapacidades, quienes deben tramitar y gestionar esas cortesías directamente con la organización en este link: https://www.hayfestival.com/arequipa/comp-tickets.aspx?type=3 para asegurar su beneficio.

Novedades del Hay Festival 2025

El Hay Festival Arequipa 2025 celebrará su undécima edición del 6 al 9 de noviembre, reuniendo a 130 invitados de 15 países para dialogar sobre literatura, pensamiento, ciencia, arte y democracia, con un homenaje especial al Nobel Mario Vargas Llosa. El evento se desarrollará en diversas sedes de la ciudad, con un concierto inaugural de Afra Kane.

El Hay Festival Arequipa 2025 reunirá a una sólida selección de voces internacionales como Héctor Abad Faciolince, Pilar Quintana y Juan Gabriel Vásquez de Colombia; Guillermo Arriaga y Ricardo Raphael de México; Alberto Fuguet y Alejandra Moffat de Chile; Fernanda Trías de Uruguay; Andrés Barba de España; y el filósofo argentino Darío Sztajnszrajber, quien abordará el amor y la normatividad romántica. Del lado peruano, destacan Jeremías Gamboa, Gustavo Rodríguez, Patricia del Río, Carlos Enrique Freyre, Teresa Ruiz Rosas y Zoila Vega Salvatierra, además de investigadores y comunicadores como Paola Ugaz, Pedro Salinas y Eduardo Dargent, que participarán en debates sobre democracia, Iglesia y cultura contemporánea.

Además, incluirá debates sobre filosofía, democracia, geopolítica, ciencia y medioambiente, así como espacios para el arte, la música y la fotografía, consolidando al festival como una plataforma de pensamiento y cultura contemporánea.

Ver programa completo aquí.