“Sidrol”, la sidra peruana que conquista paladares con su toque ligero de burbujas y dulzura, se destaca como un producto que resalta la riqueza arequipeña. Esta bebida fermentada, elaborada a partir de manzanas peruanas de primera calidad, ofrece dos variedades distintas: una a base de la conocida manzana ‘Delicia’ y otra con manzana ‘Israel’. Cada una aportando un perfil de sabor único. Este brebaje se presenta como una opción refrescante y versátil, ideal para acompañar diversos momentos y celebraciones.

Detrás de la refrescante bebida, se encuentra la historia de Maite Chipana de Hernández y su hijo Joel Hernández Chipana. Ellos transformaron su pasión por las bebidas artesanales en un negocio próspero. Hoy, su empresa Casa Hernández es el pilar para producir las sidras.

Cada botella de ‘Sidrol’ refleja el arte de la fermentación artesanal, logrando un carácter audaz y una identidad única en cada sorbo.

Sidras de alta calidad

Hace más de dos años, Maite y Joel iniciaron su aventura en el mundo de las bebidas alcohólicas. Sus primeros pasos los dieron con la elaboración de cerveza artesanal y macerado de piña, pero la fuerte competencia los llevó a explorar nuevos horizontes. Fue entonces cuando descubrieron el potencial de la sidra, una bebida elaborada a partir de manzanas selectas.

“Para empezar a distribuir la sidra tuvimos que pasar por varias pruebas. Primero incursionamos con la elaboración de cervezas artesanales, pero el mercado ya estaba saturado. Lo mismo pasó cuando producimos tragos de piña. Afortunadamente y por casualidades de la vida descubrimos que la sidra era una bebida altamente consumida en Europa y decidimos replicarla”, cuenta Maite Chipana.

Las variedades de ‘Sidrol’ destacan por su equilibrio entre dulzura y acidez, ofreciendo una opción refrescante para distintos paladares.

Joel Hernández Chipana, ingeniero de industrias alimentarias, aplicó sus conocimientos para perfeccionar la receta de su elixir. El proceso de elaboración es meticuloso: desde la selección de las mejores manzanas hasta la fermentación, que puede durar ocho meses para obtener el punto de fermentación exacto. La dedicación y el cuidado en cada etapa se reflejan en el sabor único de «Sidrol».

«Al principio, nosotros mismos éramos los catadores», recuerda Joel con una sonrisa. «Probamos y ajustamos la receta hasta lograr el toque perfecto». El esfuerzo valió la pena y pronto la sidra de Casa Hernández comenzó a ganar popularidad entre familiares y amigos. Y ahora se expande por todo Arequipa.

Maite Chipana brinda con ‘Sidrol’, la sidra artesanal arequipeña que, junto a su hijo, creó con manzanas peruanas y un proceso de fermentación único.

Distribución boca a boca

Con el boca a boca y el poder de las redes sociales, «Sidrol» empezó a llegar a un público más amplio. La calidad de la sidra y el trato cercano de Maite y Joel conquistaron a los consumidores, que valoran el producto artesanal y el trabajo familiar. Sus consumidores de buen gusto suelen brindar con este brebaje en ocasiones especiales.

Ahora, la distribución de «Sidrol» se realiza principalmente a través de redes sociales y WhatsApp (993637871), lo que permite a los clientes contactar directamente con los productores y recibir su pedido en la puerta de su casa. Esta cercanía ha sido clave para el éxito de Casa Hernández.

A pesar de los desafíos, Maite y Joel se muestran optimistas sobre el futuro de su negocio. Su objetivo es seguir creciendo y expandir su mercado, llevando el sabor de «Sidrol» a más personas. A corto plazo, los emprendedores sueñan con tener un local propio donde exhibir sus productos. Y también buscan implantar una cultura etílica saludable y artesanal.

El boca a boca ayudó a que el producto de Maite y Joel se hiciera más conocido, conquistando consumidores.

“Nuestra ventaja competitiva se basa en las propiedades de la sidra que aporta vitaminas. Además, facilita la digestión por su contenido de fibra saludable. Es delicioso y tiene un sabor único. No hace daño porque se elabora con manzanas premium, cultivadas en el centro y sur del Perú”, concluye Maite Chipana mientras destapa una de sus creaciones para brindar por el éxito de su negocio.

Casa Hernández es un ejemplo de cómo la pasión, el conocimiento y el trabajo duro pueden convertir un sueño en realidad. «Sidrol» es más que una sidra artesanal; es el fruto del esfuerzo de una familia que apuesta por la calidad y el sabor auténtico para cada ocasión especial.