Escribe: Carmen Rivera, Docente Universitaria
“Imaginar una mano que hace sombra en mi cuerpo, o deslizarme/Sobre un vientre afiebrado/ Es la más clara muestra de violencia que manejo. / (¿Es tu voz la que llega tenue hasta aquí, bajo el oído? / ¿O es este un poema de amor/ Tratando de salvar/ Lo que no importa?)” (Alba, 2015).
La poesía de Patricia es la voz que va más allá de la representación de lo estético es fuerza e ímpetu, equipara roles, configura poderes, lo simbólico en su composición le permite fijar límites desde la corporeidad como un instrumento que quiebra los moldes eternos asociados a la poética escrita por mujeres, es el instante de lo femenino, el tiempo del deseo, en la composición transgresora el yo se adueña del cuerpo se impone por completo es libre se ha reivindicado “Este paso continuo/ Indescriptible estoy en medio de la cama/ no llegan hasta aquí tus ganas ni las mías/ mi mano es floja para llamarte/ para calmar esta humedad/ para secarla”(Alba, 2015).
El verso violenta el silencio, momento ideal para la resistencia, la autonomía postergada, se abre la cortina, cada palabra representa la conjunción perfecta del desafío, es momento de exponer la naturaleza que nos compete, inherente, inundada con vocablos ajenos, que no nos corresponden el divorcio de lo masculino es inminente, la imagen desafía el recuerdo, el lenguaje llena vacíos sucumbe ante él “ Pero, ¿quién eres tú sino la imagen que yo inventé/ desde un principio alterada?/ los golpes los insultos los silencios, qué son/ sino la desesperación por sentir húmeda la boca” (Alba, 2015).
Es en lo íntimo y en lo sencillo que la poesía de Patricia reconoce su identidad férrea, es a través de la inspiración en sus versos que reconocemos las temáticas vulneradoraspresentes en sus poesías: la herramienta del placer en lo cotidiano, lo visible del acto, las palabras sin censura “Si solo me dejara guiarlo/ si solo me dejara colocarlo y usted penetrara/ le asombraría/ cómo sus músculos ceden a esta fuerza incontrolable./si solo me dejara guiarlo./ la entrada es húmeda y oscura/ y usted pensará que el mundo se acaba ahí./ luego, ya nada lo hará retroceder”(Alba, 2015).
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